“Siento que es muy loco y, a la vez, muy fuerte ser parte de todo esto”, confesó el actor tucumano Isaías Salvatierra sobre su participación en la serie “El amor después del amor”. Fue en abril, cuando se estrenó en Netflix, y la frase parece englobar el sentimiento de todos los tucumanos amantes de Fito Páez. Porque si en el primer cuatrimestre del año fue posible emocionarse con un repaso audiovisual de la vida de Fito, sobre el cierre de 2023 (el 9 de noviembre) los tucumanos pudieron disfrutarlo a pocos metros, en la cumbre de su impactante show. Para Salvatierra, Camila Pláate (otra actriz tucumana que participó en la serie) y los miles de espectadores que asistieron a Central Córdoba fue muy fuerte ser parte del amor después del amor. Tanto en la pantalla -vía streaming- como con el disco, a 30 años de su salida a la venta.
La serie, producida por Juan Pablo Kolodziej y Mariano Chihade, recorrió en ocho capítulos los 30 años de la historia del artista y su travesía musical junto a gigantes del rock nacional como Charly García, Fabiana Cantilo, Luis Alberto Spinetta y Juan Carlos Baglietto, entre otros.
Además de ser un éxito rotundo y ponerle un filtro de melancolía a todos sus fanáticos en ese mes y los subsiguientes, levantó la suficiente polvareda como para reavivar rumores y viejos desencuentros amorosos alrededor de Fito. La representación de sus relaciones y vínculos amistosos y amorosos ocuparon un espacio importante y los diferentes protagonistas reales de la historia reaccionaron a cómo se los llevó a la pantalla.
Cecilia Roth, Fabiana Cantilo, Pipo Cipolatti, entre otros, fueron dando sus propias (y en varios casos muy “distintas”) versiones de los hechos en las semanas seguidas al estreno. Desde un “no la vi, ni la veré. Prefiero otro tipo de producciones” de Pipo, hasta un “mezclaron todo”, de una enojada Fabi Cantilo. En ese rango se movieron las repercusiones de los otros protagonistas, en algunos casos ignorando la producción y en otros, disconformes con la línea de tiempo en la narrativa de la historia y del relato.
Roth fue más allá sobre la interpretación de su personaje. “La serie abona la teoría de que yo aburguesé a Fito. La chica rubia rica que es súper famosa, que tiene casas espectaculares y se conocen en una casa espectacular, ella lo lleva a una casa espectacular y le dice: ‘¡Un loquito rockero en mi casa no quiero!’. Por favor, señor, díganme quién puso eso”, contó entre la indignación y el humor.
Camila Pláate no quedó disconforme, al contrario. La actriz tucumana interpretó a Felipa, encargada de cuidar a Fito cuando era un pequeño de 10 años. Un personaje con un rol clave, ya que se trata del primer “metejón” sentimental de Fito en su vida y aporta uno de los subtemas más controvertidos de la serie. “Participar en una serie de este nivel y que además trate sobre la vida de Fito me parecía buenísimo, yo misma quería verla ya”, reveló.
La historia local
Si bien Salvatierra y Pláate representan a Tucumán en la serie, el propio artista se hizo presente en la provincia a principios de nomviembre. En el escenario de un Central Córdoba colmado y en medio de una noche hermosa, Fito entregó absolutamente todo durante más de dos horas de recital. Desde la primera canción, en honor al nombre de la gira (y la serie, claro está) hasta “Y dale alegría a mi corazón”, con el que cerró su participación.
“Experiencia out of the world (NdlR: de otro mundo, en castellano) en San Miguel de Tucumán! La calidez, el silencio, la pasión del canto, los bailes... Un auténtico rito pagano argentino en el jardín de la República, tierra de Mercedes Sosa, a quien le dedicamos la noche! Los amo muy muy fuerte”, fue el balance del músico al finalizar el concierto.
El detalle de Mercedes Sosa no es menor, pues le dedicó un original homenaje. “Fue una persona del bien”, dijo Fito, pidió que todos hicieran silencio y cantó “Vengo a ofrecer mi corazón”, pero a capella. Los espectadores escucharon y se mordieron los labios para no cantarla, pero al final la única voz que se escuchó fue la del rosarino. La canción fue cantada durante años y popularizada por la “Negra” en todas partes del mundo. Cuando terminó, explotó una ovación cerrada.
Más allá de los grandes éxitos, de los homenajes y del emotivo cierre, en el resto del show se disfrutó la calidad artística intacta del músico, que con más de 60 años interpretó sus canciones y les puso el cuerpo como si estuviera en los 90. Todo eso después de haber dado un recital idéntico pocas horas antes en Salta.
No se sabe concretamente cuándo volverá Fito Páez a la provincia, pero sin dudas su regreso, primero a la pantalla y después a los escenarios, abrió y cerró el año con la alegría necesaria para enfrentar todo tipo de malestares.